Tras abandonar el golfo de Tigullio, el barco atraviesa la bahía de Riva Trigoso, famosa por sus astilleros, y,
tras doblar la pintoresca Punta Baffe, llega a Moneglia, ciudad natal del pintor Luca Cambiaso.
Al entrar en la provincia de La Spezia, se encuentra Deiva Marina, un pueblo fundado en la Alta Edad Media, y Framura,
cuyos barrios están situados en un amplio anfiteatro natural que desciende hacia el mar.
Después de Bonassola, pueblo de arraigadas tradiciones marineras, se navega hacia el promontorio del Mesco,
pasando frente a Levanto, un gran centro rodeado de antiguos barrios ricos en historia y monumentos.
Pasada Punta Mesco, hasta el Cabo de Montenero se extiende un amplio golfo, sobre el que se asoman los pueblos de
MONTEROSSO, VERNAZZA, CORNIGLIA, MANAROLA y RIOMAGGIORE, conocidos desde 1448 como las Cinque Terre.
Son cinco pueblos costeros, construidos sobre la roca en un entorno que el hombre ha modelado a lo largo de los siglos,
construyendo muros de piedra seca y terrazas en las que siempre ha crecido la vid.
La piedra y la sal, el sol y el viento son el secreto del vino de las Cinque Terre y del preciado y raro Sciacchetrà,
elaborado dejando secar los mejores racimos de las uvas más bonitas de la vendimia.
Las Cinque Terre forman una de las zonas mediterráneas más verdes y extensas de Liguria, un reino de naturaleza y aromas maravillosos.
Visitarlas significa ver cinco pueblos suspendidos entre el mar y la tierra, asomados a acantilados y rodeados de verdes colinas.